Hace días que venimos viendo cómo el conflicto del Sáhara Occidental se está complicando y rozando el límite de la paciencia para much@s.
No entiendo que el Frente Polisario haga una llamada de urgencia a la Comunidad Internacional, y más concretamente a la intervención de la ONU en los territorios ocupados y esta haga oídos sordos.
No entiendo que nuestra Ministra de Asuntos Exteriores haga una llamada a la calma a ambas partes por igual y no EXIJA a la monarquía alauí que pare la represión en el campamento de la resistencia así como en el propio Aaiún.
No entiendo que se ponga en el mismo lugar al Pueblo Saharaui que a Marruecos, cuando no parten del mismo escalón luego la respuesta no puede ser la misma para ambos.
Este no es un conflicto entre iguales, si es que existe eso; es una situación provocada por una mala descolonización y la no respuesta de la Comunidad Internacional para darle una salida justa y duradera.
Ayer en la concentración frente a la embajada de Marruecos recordaba las innumerables manifestaciones y concentraciones a las que he asistido a lo largo de mi vida, con 3 añitos, 5, 10, 15, 20 y ahora con 24 seguimos pidiendo justicia. Da pena, mucha pena, lo que más pena da es que todo tiene un límite y estamos muy cerca del mismo por desgracia.
Tanto las como los saharauis que hoy tienen 25/30 años lo único que han tenido en su mente es la palabra ESPERANZA, esperanza de que algo cambie, de que el “rey malo” de Marruecos les devuelva su tierra, sus casas, sus vidas, o que al menos, sean consultados sobre ello.
La Comunidad Internacional, la UE, la ONU y España (como co-responsable de este conflicto) tienen que posicionarse claramente. O apuestas por una salida justa para las partes o consolidas una monarquía que obliga diariamente a miles de sus ciudadanos a subirse en una patera y jugarse la vida. ¿Quién querría ser ciudadano marroquí en esas condiciones? Los y las que abogan por una autonomía propia para el Sáhara dentro de Marruecos que se lo pregunten y luego reflexionen.
No es tiempo de ambigüedades. Como decía, hay que mojarse YA
Lo entendible es, que es un atropello capitalista, hay dinero, el gobierno español nos cuenta que tenemos que entender los intereses económicos de ESPAÑA, son cínicos pero esa es su verdad, claro a medias, pues serán los intereses económicos del capitalismo español, ya sabemos que el capitalismo es salvaje, amoral y asesino, pero el cinismo del gobierno es hacernos complices a todos los españoles, como si fuésemos los pistoleros del capital, el gobierno socialista esta en el poder por los votantes,¿ o no es así?, resulta que nos dicen descaradamente que los empresarios y capitalistas españoles que explotan y sustraen beneficios de Marruecos son lo único que les interesa y que están a su total y despreciable sumisión, lo mismo ocurre con la EU del capital, esa es la función del mercado común de los capitalistas reunidos. Miedo me da los cascos azules, en su larga vida, SUS GESTIONES PARECE QUE SON SOLO PARA SERVIR LOS INTERESES MAS ESPURIOS DEL CAPITALISMO, por donde pasan instauran la barbarie, la corrupción, son violadores y dejan instalado el capitalismo como únicos dueños, los pueblos no les importa, desde que el capitalismo derroto a Rusia, su impunidad es criminal.
ResponderEliminarYo sí entiendo, Ainhoa. Y porque entiendo qué hay detrás de la contención de Trinidad Jiménez, de la tibieza de Marcelino Iglesias, del silencio de Zapatero y del Rey... Porque entiendo (y necesitamos comprender primero) que la abstención no es de cabeza impuesta a corazón (http://www.elpais.com/articulo/espana/Gobierno/PSOE/ven/alarma/descredito/crisis/Sahara/elpepuesp/20101116elpepinac_3/Tes) sino de sucio y egoista amigueo impuesto a responsabilidad (http://www.elpais.com/articulo/espana/Rubalcaba/dice/Rabat/compromete/investigar/cualquier/duda/inquiete/Espana/elpepuesp/20101116elpepunac_1/Tes), creo como tú que es momento (más que nunca) de mojarse y de gritar. Que yo recuerde nunca se ha estado tan cerca de evidenciar que la política de Estado hacia Marruecos (y el Sahara) es franquista y aliñada en el berlusconismo ibérico.
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